Muerte de menor por policía aviva tensión social en Francia
La muerte de un joven negro de 17 años en la ciudad de Nanterre, a manos de un policía que alegó legítima defensa pero cuyas imágenes en vídeo lo desmienten, genera preocupación por posibles disturbios en Francia.
El presidente Emmanuel Macron y su Gobierno expresaron solidaridad con la familia del joven, calificando su muerte de “inexplicable e inexcusable”. Se insta a la calma después de una noche inicial de disturbios con detenidos, vehículos incendiados y policías heridos.
Se han desplegado 2.000 agentes de seguridad para evitar nuevos altercados en las ciudades del extrarradio de París.
El joven, llamado Naël, fue detenido por la policía mientras conducía un Mercedes deportivo amarillo de alquiler sin permiso. Un video grabado por un testigo muestra a un agente apuntando con su arma por la ventana del conductor y disparando a quemarropa cuando Naël arranca el vehículo para huir, sin representar una amenaza para los agentes.
La madre del joven ha convocado una marcha en señal de protesta, mientras que las autoridades piden calma.
Macron afirmó que “nada justifica la muerte de un joven” y pidió una rápida y serena acción judicial para establecer la verdad.
La primera ministra, Élisabeth Borne, señaló que las impactantes imágenes del incidente hacen pensar que no se respetaron las pautas legales de intervención policial y prometió tomar medidas una vez que la Justicia determine los hechos.
El policía responsable del disparo mortal, un brigadier de 38 años, fue detenido poco después del suceso. En un primer momento, afirmó haber actuado en legítima defensa junto a su compañero, alegando que estaban amenazados por el vehículo. Sin embargo, las grabaciones de vídeo contradicen esta versión.
Las palabras de la primera ministra dejan entrever una posible revisión de la controvertida ley de seguridad pública de 2017, que amplió los supuestos en los que los agentes pueden usar armas.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, se opuso a utilizar políticamente la emotividad del caso y pidió no comprometer la autoridad del Estado.
El líder de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon, fue especialmente crítico y exigió castigo para los “policías asesinos”, mientras que Marine Le Pen de extrema derecha criticó las palabras de Macron y afirmó que la falta de autoridad policial es el problema subyacente.
La ley de 2017 autoriza a los agentes a utilizar armas cuando no pueden detener los vehículos que ignoran un control y representan una amenaza para la vida o integridad de otras personas. Desde entonces, los tiroteos policiales contra vehículos y el número de muertos han aumentado considerablemente.
El desafío principal para Le Pen es el incremento de casos de personas que desafían o evaden los controles policiales, lo que considera una falta de disciplina con consecuencias graves.
