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Negligencia Médica se suma a las denuncias contra clínica del Dr. Tizcareño 

Negligencia Médica se suma a las denuncias contra clínica del Dr. Tizcareño

El 25 de noviembre de 2023, Iván y su esposa Fabiola llegaron a la clínica del Dr. Tizcareño con la esperanza de un parto seguro para su tercera hija. Lo que debería haber sido un momento de alegría se transformó en Negligencia Médica, desinformación y abandono por parte del personal sanitario.  

Desde el momento en que ingresaron a la clínica, Iván y Fabiola notaron un trato hostil por parte de las enfermeras, a quienes describe como déspotas y groseras.

A pesar de haber pagado previamente por el procedimiento, el ambiente era frío y desorganizado. Fabiola fue llevada a quirófano, donde Iván pudo ingresar vestido con el uniforme estéril. 

 Negligencia Médica y violencia obstétrica  

Durante la cesárea, Fabiola manifestó dificultad para respirar, pero el Dr.  Willebaldo  le restó importancia, diciendo que era normal por el parto.  

Uno de los momentos más impactantes ocurrió cuando el cirujano Dr. Rubén introdujo la mano en el abdomen de Fabiola y extrajo una masa, afirmando que era un tumor. 

Iván nunca fue informado previamente de la existencia de este supuesto tumor. Le exigieron una decisión inmediata para extirparlo, sugiriendo que arreglarían el pago después. Días más tarde, se descubrió que no era un tumor, sino un ovario sano.  

Tras la cirugía, la condición de Fabiola empeoró. El drenaje penrose instalado en su abdomen expulsaba grandes cantidades de sangre, pero las enfermeras se negaban a cambiarlo con frecuencia. 

Cuando Iván exigió atención, las enfermeras respondieron con burlas y negligencia, incluso usando pañales de bebé como apósitos improvisados. 

Perforación uterina y de intestinos en esta Negligencia Médica

Fabiola fue intervenida nuevamente por una perforación uterina y desprendimiento de matriz, condiciones que los médicos atribuyeron erróneamente a su edad (30 años) o número de hijos (solo tres).  

La clínica aprovechó la desesperación de la familia para exigir pagos adicionales. Les cobraron 4 bolsas de sangre y 2 de plasma, con depósitos de hasta $3,500 pesos, prometiendo reembolsos que nunca llegaron. 

Se negaron a dar el alta hasta que Iván pagara $8,000 pesos adicionales, alegando gastos de quirófano. Los recibos incluían medicamentos nunca utilizados, y el personal se negó a mostrar pruebas de su administración.  

Al ser dados de alta, Fabiola seguía en estado crítico. En casa, el penrose seguía drenando sangre en exceso, y la herida de la cesárea presentaba signos de infección. 

Una tomografía en la Beneficencia Española reveló una perforación intestinal y peritonitis, condiciones que ponían en riesgo su vida. Los nuevos médicos estimaron $400,000 pesos para cirugía y terapia intensiva, suma inalcanzable para la familia.  

Cuando Iván regresó para exigir el expediente médico, enfrentó más obstáculos. El Dr. Tizcareño , dueño de la clínica, se burló de sus preocupaciones, diciendo que su esposa estaba bien y preguntando qué tanto exigía.

Dr. Tizcareño y Willebaldo no teme a ser denunciados

Le advirtieron que demandar era inútil porque la ley no les hacía nada. Se negaron a entregar registros médicos, alegando fallas técnicas en la impresora.  

Este caso expone fallas graves en la regulación de clínicas privadas, donde la impunidad y la avaricia parecen prevalecer sobre la ética médica. Iván y su familia exigen sanción a los médicos involucrados ( Willebaldo, Rubén y Tizcareño), indemnización por los daños físicos, emocionales y económicos, e investigación de la clínica por posible fraude y negligencia criminal. 

Mientras tanto, Fabiola sigue en recuperación, con secuelas que podrían ser permanentes. “No quiero que esto le pase a otra familia”, concluye Iván.  

Este reportaje se basa en el testimonio de Iván en SaludConFer

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Cisneros del Rey | Abogada, Redactora y CM. Creo contenido que inspira y gestiono comunidades con empatía, liderazgo y estrategia. ¡Conectando ideas y personas en el mundo digital!

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